martes, 14 de diciembre de 2010

¿Es útil la sociología?

Todos hemos sido testigos alguna vez de comentarios de listillos de tres al cuarto desacreditando lo pragmático de la sociología simplemente porque no tienen ni idea de qué es la sociología, y frecuentemente la mezclan con la psicología y otras artes, para desprestigiarla. Seguramente estos individuos defiendan (sin saberlo) una postura utilitarista, y piensen que la química, la medicina, la ingeniería o la física son más "importantes" que la sociología.
Para empezar debo aclarar que de facto sí que son más importantes, en tanto y cuanto los resultados de las investigaciones en los diferentes campos de las ciencias naturales tienen aplicaciones prácticas en la vida cotidiana (casi siempre, porque ¿de qué nos sirve saber lo que la interesantísima astrofísica nos dice acerca de la expansión del universo?), pero en tanto y cuanto complejidad de la propia ciencia en sí y dificultad de su objeto de estudio y elaboración de teorías generales e hipótesis, la cosa cambia. Todos podemos aprendernos las leyes de la física y las distintas reacciones químicas a nivel molecular, todos podemos aprendernos las leyes fijas por las cuales se rigen las ciencias naturales, pero en cuanto el objeto de estudio tiene una cantidad infinita de variables y no sólo eso, sino que nosotros mismos formamos parte de dicho objeto, la cosa ya no es tan fácil.
Desde el siglo XVIII se viene celebrando una pugna en torno al objeto y el método de las ciencias sociales, multitud de grandes pensadores han elaborado teorías, algunos más cuantitativistas, otros más cualitativistas (con los que me identifico), otros que piensan que la base para el estudio de la mecánica y el funcionamiento social son las élites que en cada momento acaparan el poder, otros en cambio piensan que la raíz de toda sociedad es el modo de producción y las relaciones económico-laborales, también hay quienes piensan que para llevar a cabo el estudio de la física social (sociología) es preciso abstenerse de valoraciones subjetivas y que hay que mantenerse aséptico, otros por lo contrario defienden la emisión de juicios valorativos arguyendo que lo cultural no puede entenderse mediante leyes analíticas porque lo cultural está cargado y compuesto de aspectos valorativos y no podemos desvincularlos.
En definitiva, a todos aquellos que todavía dudan de la utilidad de la sociología, decirles que no sólo es la más ardua de las tareas científicas puesto que las fórmulas y las leyes naturales son aprehensibles para todo el mundo y una vez entendida su mecánica no tienen secreto alguno, sino que el estudio del funcionamiento de las sociedades y la elaboración de paradigmas y teorías generales es todo un arte que lleva años, a veces más de una vida entera, y que tan pronto se yerguen, más pronto pueden ser derruidas por una nueva teoría con otro punto de partida totalmente distinto. Además, a diferencia de las ciencias puras, las ciencias sociales no se rigen por estáticos esquemas y leyes imperecederas, sino todo lo contrario, con lo cual la tarea se complica mucho más.
La ciencia social no es fácil, el intentar comprender cómo y por qué funcionan las agrupaciones humanas del modo en que lo hacen, entender la razón de por qué tenemos este sistema político y por qué los españoles pensamos como pensamos, vestimos como vestimos, comemos como comemos, nos gusta lo que nos gusta; no es sólo algo prácticamente imposible, sino que es aproximadamente posible, en tanto y cuanto se pueden realizar estudios que nos expliquen todas estas variables, pero el reto aquí salta a la vista, el objeto de estudio es tan grande y hay tantas variables en juego que, no me venga a decir a mí un matemático que su trabajo es difícil. Cierto es que se precisa de cierta habilidad mental, pero las leyes matemáticas son eso, leyes, y hasta un mono con un manual y una calculadora podría hacerlo todo, pero no todos pueden no ya estudiar cualquier aspecto de la sociedad y relacionarlo coherentemente con los demás, dando una explicación válida, sino comprenderlos realmente y por último, hacer lo difícil de todas las ciencias y su fin último, pronosticar en base a unas reglas y unas teorías generales.
Para mí aprenderse una fórmula o una saberse la historia de Nigeria no tiene ni punto de comparación con saber investigar y encontrar los fundamentos de la lógica consumista, el por qué de la maldad humana o la razón del egoísmo. ¿Dónde está el reto...?
Entender el funcionamiento de la sociedad y explicarlo y pronosticarlo, no es cosa de tontos.

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