martes, 16 de noviembre de 2010

Mis algarrobos

He aquí mis dos pequeñines, dos algarrobos dispuestos para ser prebonsáis. Hace aproximadamente un año que comenzó mi afición por el maravilloso mundo de los bonsáis cuando mi niña me regaló un ligustrum precioso, el cual me cargué podándolo sin saber, pero que afortunadamente ha vuelto a echar ramas allí donde fue mutilado.
Tras el lugustrum llegó la serissa, con la cual cometí un crimen peor a base de tijera podadora e ignorante ansia emprendedora.
Afortunadamente de nuevo he dado con la gente adecuada a través de internet que me ha sabido aconsejar, y gracias a esto ahora mis bonsáis experimentan su particular agosto en la terraza.
Tengo muchas ganas de que los algarrobos estén listos para comenzar a trabajar con ellos, aún tienen que desarrollar el tronco y echar más ramas y hojas para poder alambrarlos según la técnica elegida. Personalmente me gustan el moyogui y el hokidachi, todo se andará. Y animo a todos a descubrir este arte milenario que verdaderamente causa sensación, cuando se llega a apreciar la belleza intrínseca del bonsái ya no se puede uno desprender de ese ansia por ellos.

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