jueves, 22 de abril de 2010

No hay que rendirse a la adversidad

Siempre hunde recibir malas noticias, saberte en apuros y verte solo por un instante delante de ese gran problema, pero luego alzas la frente y ves que el mundo es inmenso y que, en toda esa inmensidad hay gente y que, entre toda esa gente, hay alguien que te quiere y que te apoya. El mundo ya no da tanto miedo y el problema empequeñece por momentos, la frustración del principio se torna alivio y serenidad.
No voy a decir que todo tiene solución y que te pase lo que te pase por negra que esté la cosa siempre tendrás una solución y a alguien que te apoye, porque ni yo me lo creo, sólo puedo hablar por mi experiencia, aconsejar no tirar la toalla y mirar hacia adelante, cambiar el chip, virar el timón y navegar con viento fresco y nuevo, nunca es malo un cambio, sobre todo si es en pos de tus sueños, en busca de tus deseos, de tu felicidad...
Lo que sí que diré es que es muy fácil sentirse solo y atrapado como un ratón entre la trampa y el gato, pero no hay que dejarse pillar nunca, buscar siempre una salida, impulsado por una buena razón, tener nuestras propias motivaciones que nos hagan remar y salir de los rápidos.
Es un alivio saber que por fin eres dueño de tu vida y las cosas, pese a los problemas que puedas tener, te empiezan a salir como quieres, ahora me siento bien.

1 comentario:

  1. ¿Sabes que aprendí hace tiempo ante la adversidad y tantas ostias como me ha dado la vida? Que si tiene solución, para que preocuparse y si no la tiene, para que preocuparse. Me alegra ver que vuelves a poner cosillas por aqui...

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