Viaje por el norte. Asturias y Cantabria, con escapada a la playa de las catedrales

Acabo de volver de un viaje de 6 días por tierras asturianas y cántabras, incluso haciendo una escapada una mañana a la localidad gallega de Ribadeo para ver la playa de las catedrales, la cuál es toda una obra maestra de la naturaleza sólo apreciable con bajamar.

Es la primera vez que voy al norte de España y no me podía haber venido con mejor sabor de boca, maravillado por sus exuberantes paisajes que rebosan de un verde claro llamativo, salpicados por pequeños pueblos de construcciones muy típicas, como los orrios por ejemplo, que son unas edificaciones sostenidas sobre cuatro pilares y utilizadas originalmente para guardar la cosecha.

También la gente de la zona, al menos toda con la que hemos topado, ha sido estupenda, hablándonos y ayudándonos con una entrega y una sonrisa siempre maravillosas.

Esta foto la tomé en el Concejo de Carreña, en la comarca de Cabrales, de cuyas montañas provienen los famosos quesos de cabrales. Aquí podemos ver un orrio cerca del puente que atraviesa el pueblo entero. Es muy pequeño y extremadamente precioso.

Esto es a la entrada de Cudillero, un pequeñísimo pueblo costero de Asturias, situado casi a la mitad de la costa asturiana, al oeste del Cabo de Peñas. Las casas están sobre la montaña que llega prácticamente hasta el mar y están construidas prácticamente al azar, es decir, en Cudillero no hay calles, sino barrios, porque las casas están como salpicadas sobre la loma. Tiene unos colores muy vivos y su vista es preciosa desde la altura.

Una de tantas fotos desde el mirador del Fito, situado en lo alto de una montaña cerca de la localidad de Arriondas. Unas vistas que te dejan pasmado donde para ver las nubes hay que mirar hacia abajo.

Recomiendo a todo el mundo que si tiene pensado hacer un viaje próximamente y no conoce Asturias, la elija como destino, porque no tiene desperdicio, sus gentes, su gastronomía (increíbles los menús tan baratos con fabadas y sidra) y sobre todo sus paisajes verdes, quizá sea eso lo que más se me ha quedado grabado en la memoria, el exuberante verde chillón que cubre todo lo que te rodea.