La tendencia de la esperanza de vida, ¿viviremos más o peor?

Según mediciones llevadas a cabo por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a lo largo de las últimas décadas, la esperanza de vida (lo que una persona puede llegar a vivir) en España ha tenido una tendencia creciente, según los datos del INE, desde 1991 hasta 2010 la esperanza de vida de los españoles ha pasado de los 73'5 años en los hombres y los 80'7 en las mujeres, a situarse en 78'4 para los hombres y 84'6 para las mujeres. Lo que es una realidad ineludible es que las mujeres viven de media 6 años más que los hombres, pero esto no se debe a cuestiones biológicas ni connaturales del género, sino a factores externos, por norma general los hombres sufren más accidentes laborales y de tráfico que las mujeres, son más dados a problemas como el alcoholismo y las drogas, y por su parte, las mujeres tienen cierto puntito hipocondríaco que las hace visitar más al médico que los hombres, por lo que ciertas enfermedades o tumores son detectados a tiempo con más frecuencia que en el sexo masculino.

Algunos investigadores han llegado a afirmar que la esperanza media de vida para las generaciones que están naciendo ahora se situará alrededor de los 140 años, pero yo tengo mis dudas. Si bien es cierto que la tendencia ha sido a aumentar con el paso de los años gracias a los avances en medicina, tecnología, infraestructuras, higiene, alimentación, etc., también es cierto que esos mismos avances podrían ser los causantes de un estancamiento de la esperanza de vida, no digo ya un retroceso, pero sí un estancamiento en torno a los 90 o 100 años como mucho, y eso es debido a que el rápido avance de la tecnología, unido al expansionismo de las ciudades y el incesante número de personas sobre la tierra consumiendo, gastando y contaminando, constituyen en sí un hándicap. Cada vez hay más vehículos, las emisiones de CO2 a la atmósfera son preocupantes cuanto menos, la química que contienen muchos de los alimentos que consumimos tiene efectos a largo plazo en nuestro organismo que desconocemos, las ondas de las antenas de móviles, televisión, etc., y en definitiva todas las externalidades negativas del "progreso", podrían ser la causa de no sólo un estancamiento de la esperanza de vida, sino además de un empeoramiento de la calidad de la misma.