lunes, 9 de enero de 2012

Podredumbre

El mundo en el que estamos sumidos apesta, estamos rodeados por basura que se vende y se nos impone de forma saturada, nuestros sentidos están sobrecargados de información, la publicidad nos engaña y somos parte de una cadena productiva y consumista por la que pasan todo tipo de artículos innecesarios y nocivos. Nuestros cuerpos y nuestras mentes están infectos por sustancias que respiramos, comemos, vemos y escuchamos. Los medios de comunicación de masas, las falsas identidades y las falacias propagandísticas crean una imagen no lejos de la verdad, pero los medios para conseguirla son lo realmente peligroso. Si tuviésemos que sobrevivir en plena naturaleza valiéndonos de nuestros cuerpos y nuestras habilidades, la mayoría moriría presa de su incompetencia, su atrofia, su saturación de grasas y mierdas químicas de cadenas de restaurantes. Lo que es natural es lo sano y lo que es sano es lo que nos permite sobrevivir en el mundo salvaje, pero no podemos conseguir esta pureza física y mental mediante métodos no naturales. 
Cada vez que voy al supermercado veo lo que compra la gente, cada vez envases más pequeños, cada vez con más publicidad y dibujos, con más engaños, con menos producto, con más precio; y la gente parece gilipollas comprando productos lights y mierdas saturadas de grasas, triste y estúpida forma de lavar sus conciencias. Debemos volver a lo natural, no como forma de producción y economía rurales, sino al consumo inteligente, si es que esto existe o puede existir; sencillamente paso de comprar carne de un animal enfermo que ha sido cebado en un cubículo y repleta luego su carne de hormonas y productos conservantes, paso de comer artículos preparados y de comprar compulsivamente toda suerte de novedades tecnológicas para estar a la última. Estamos sobresaturados de información, de publicidad, de imágenes y sonidos, de alimentos basura, de polución, de medicamentos que nos hacen dependientes; estamos debilitando nuestros cuerpos con lo que nos metemos por la boca y por la nariz, estamos debilitando nuestras mentes con lo que nos conformamos de la tele e internet; estamos matándonos lentamente.

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