domingo, 26 de junio de 2011

C'est l'amour :)

¿Tan malo es sumergirse en los sueños? ¿Es peligroso cerrar los ojos y empeñarnos en nuestra propia realidad? Estoy convencido de que los hombres perseguimos fantasmas, unos fantasmas que pueden o no ser reales, pero que si los acabamos viendo tan bellos como utópicas metas, al final acabaremos supeditándolo todo a esos fantasmas, y todas las cosas de la vida que se crucen en nuestro camino quedarán en un segundo plano, por detrás de nuestras idílicas prioridades.
Un sueño hermoso lo es hasta que sacrificamos otras cosas importantes en pos de su consecución, cosas que en ese momento nos parecen insignificantes, secundarias y sacrificables; todo por un ideal, por un mundo mejor, un mundo que para ser labrado habrá de traicionarse a sí mismo una y otra vez, contradicciones que confirman la regla y vendas que nos ponemos en los ojos una y otra vez, para no ver que estamos sacrificando nuestro espíritu más primitivo, nublándolo de mentiras y autoconvencimiento.
En fin, que la búsqueda de la felicidad es una de las pocas máximas aseguradas y universales, lo que no es tan universal es la condición de que esa búsqueda sí DEBE estar supeditada forzosamente a una lógica triple básica, respeto, comprensión y solidaridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario