Como un sol radiante me siento cuando pienso en esos girasoles que son tus ojos, repletos de promesas e intenciones que me hicieron tantear el terreno y probar la sal en exceso, y me gustó, y desde entonces cada noche me atormentan los mismos fantasmas, no quiero tener miedo de tu ausencia y mi consuelo es la mella que hicieron los girasoles.
Puede resultar divertido este tira y afloja de sentimientos, pero yo quiero atarme a tus manos, para que si el viento te arrastra no perderte nunca, ahora mis fantasmas son otros, y estos saben cómo hacerme temblar.
Solo con el transcurso del tiempo y el lento caminar de la experiencia podré quitarme toda la ropa y entonces tú verás quién soy.
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