martes, 21 de septiembre de 2010

... y besarla luego

Un par de palabras, una mirada, una media luna en los labios, la conjugación exacta y armoniosa de ciertos elementos, hacen que un te quiero cobren sentido verdadero. Es curioso las cosas que se echan de menos, pequeños detalles que normalmente pasarían desapercibidos, de momento te parecen imprescindibles; para sentir de nuevo...
Ahora no entra el aire de la calle por mi ventana, ni nada, y lo echo de menos; me gusta notar sus caricias en mi cuerpo y oírlo susurrar.
La obra de mi vida se va por el retrete cuando ésta pierde sentido, cuando me siento vacío. Pero en lo más profundo de mi corazón aún sé que hay luz al final del pasillo, una ventana por la que tarde o temprano entrará el aire de nuevo.
Echo de menos el abrazo noctámbulo, los despertares idílicos, los desayunos acompañados, el tacto de sus manos, decirle que la quiero... y besarla luego.

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