domingo, 17 de enero de 2010

¿Por qué negar lo que somos?

Sea cual sea la verdad respecto a la existencia del hombre, la verdad con la que sí contamos es que al menos sólo viviremos esta vida, por eso hay que saborear y exprimir cada instante, hay que alejar la mente y el cuerpo de lo que nos dañe (lo que nos produzca dolor o desagrado) y en consecuencia acercarse a aquellas conductas que por el contrario nos hacen sentir que estamos vivos, que seguimos vivos. Paradójicamente todo aquello que nos produce placer nos acerca a la muerte, la meta última e igual para todos, aquella con la que se cierra el ciclo. Esto es así en la medida de que todo lo placentero si lo llevamos hasta el punto de convertirlo en abuso, acaba siendo un vicio, y las cantidades del vicio son peligrosas para la vida porque ponen en peligro la salud de nuestro cuerpo, y también la de nuestra mente. Parece como si estuviésemos hechos así a propósito, algo nos produce placer y queremos más, necesitamos más ¿por qué habría de acabarse o racionarse? Ese deseo es muy peligroso, si abusamos de una droga, de la comida que más nos gusta o del sexo, con cada una de estas experiencias en su punto más álgido es como si nuestra alma quisiera salirse de nuestro cuerpo, ir más allá, morir (entendiéndose morir como dejar el cuerpo, esta cárcel terrenal, para salir volando y expandirnos, para hacernos infinitos y no encontrar topes ni limitaciones de ninguna clase)
Es una trampa, “gozaremos” de una larga “vida” si somos abstemios y hacemos deporte cada día, si practicamos el sexo con prudencia, si no tomamos drogas, si no llenamos nuestra mente con basura… pero puedes divertirte y vivir un poco menos (o no).
[Continuará con el próximo momento de inspiración…]

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