lunes, 21 de septiembre de 2009

Gris frío y mojado

Una brisa gélida atraviesa la calle sin importarle los desbarajustes que ocasiona a su paso, desde las ramas secas y provisionalmente aisladas del tiempo se dejan caer las perlas que chasquean sobre los paraguas antes de romperse en mil pedazos, las cornisas son cascadas en las montañas de hormigón y hierro oxidado, todo clama una soledad silenciosa y musical en la penumbra de esta selva.
Las correrías en remolino de unos papeles en el suelo son el deleite de los poetas de adoquines y aceras enfrascados en un mundo incomprensible y sin comprensión, donde parece que ya no queda lugar para hermitaños y bohemios de largas barbas y chisteras estrafalarias que buscan el calor de una taberna donde elucubrar durante horas mirando a su musa caer a través de la ventana escarchada.
Como cada año, acude puntual a su cita desplegando su vanguardia de agua, viento y frío. Creador de hastíos y desprecios, amores y encantamientos, nostalgias y lágrimas, siempre regresará a su hogar éste grís, frío y mojado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario