domingo, 30 de agosto de 2009

Beer Grylls

De mayor me gustaría ser como esos tipos que nunca pierden la calma y son capaces de mantener la cabeza fría en situaciones extremas y salir airosos de ellas.
La vida nos presentará muchos baches que deberemos ser capaces de esquivar con avidez, pero como en todo juego, hay comodines y podemos permitirnos algún que otro batacazo, del que sin duda, como buen deportista, deberemos aprender para evitar símiles futuros.
¿Nunca os ha pasado que estáis en el supermercado en el pasillo de las salsas y aditivos, ante toda una amalgama de variedades de salsas para pescados, para carnes, para entrantes, para fritos, para ensaladas, etc, indecisos ante tan multicolor abanico de posibilidades? Al final siempre sueles coger una que ya has probado o una que se le parezca, pocas son las veces que llevas la mano hacia el bote de esa extraña salsa de la que poco o nada has oído hablar arriesgándote a que no te guste y hayas desperdiciado un par de euros que bien podrías haber aprovechado en otra que sabías que seguramente le pegaría más a las salchichas que pensabas comerte ese día. El quit de la cuestión aquí, el meollo del asunto, el cuello de pavo, lo importante a tratar, no es que salsa escoger, sino el hecho en sí de escoger una salsa antes de que te coja a ti el toro.
Un tipo desenvuelto como Beer Grylls seguramente ni siquiera se habría parado en el pasillo de las salsas, él no necesita aditivos ni edulcorantes, Beer Grylls es autónomo y autosuficiente, seguramente utilizaría uno de esos paquetitos de choco bons para emplearlo a modo de cebo en su bolsillo para atraer al encargado del súper y darle caza con un cordón de bota atado a un palo.
Si algo hemos aprendido de tipos como Bear o Beer es que nunca hay que darse por vencido, siempre hay que saber mantener la cordura y reunir las fuerzas para seguir adelante, porque la vida sigue y es corta y preciosa.
Recuerda siempre esto, Beer Grylls lo haría.

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