martes, 8 de noviembre de 2011

En la felíz hipocresía

Me repatea la gente que lleva al extremo el arte de la mentira, la manipulación de otras personas y la tergiversación para llevarse a su terreno a otras personas a costa de los demás, sin importar lo que dejan por el camino. ¿Cómo se puede llegar a ser tan hipócrita, tan ruín y mentiroso y luego poner buena cara delante de quien utilizas a tu costa?
Está claro que todos mentimos un poco sobre nosotros mismos, pero cuando esto se lleva a extremos insospechables todo se vuelve oscuro y malicioso, y sobre todo cuando ya no mentimos sobre nosotros al ser tan hipócritas, sino cuando esa mierda inmiscuye a terceros. Día a día la falsedad nos rodea, es algo connatural a nosotros, intentamos presentar una fachada ante el mundo para que perciban esa imagen idealizada que queremos dar, y desde luego hay auténticos maestros en este prodigioso arte. Resulta muy sencillo "ser" tal o cuál, cuando a quien tienes delante no le muestras el resto de lo que se esconde detrás de tu máscara y cuando enredas para que en el mundo todos sean el malo, todos salvo tú...
En fin, sólo dos cosas: las mentiras tienen las patas muy cortas, y tarde o temprano siempre acaban saliendo, la mierda siempre apesta; y por otro lado, de lo que se siembra se recoge, el tiempo nos acaba poniendo en nuestro sitio y dando lo que nos merecemos.

1 comentario:

  1. Porque la hipocresía es un arte dentro de la maldad del ser humano......... hay gente para todo.

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