sábado, 10 de septiembre de 2011

De vuelta a mi mundo

Mecido en el aire como un suspiro que se escapa ante la abrumadora grandeza de esta noche incierta, pero no tarda en acudir a mí el calmante sosiego que los recuerdos de antaño me regalan con su clamor. Toda mentira parece verdad ante los ojos deslumbrantes de su corazón, y el lugar donde la muerte se hace nada y la belleza se crece con su sonrisa, allí estaré esperándote, ni un segundo de mi tiempo es merecedor de tu tacto si no te arranco un guiño con mis caricias. No quiero volver a poner los pies en la tierra porque esta locura me eleva más allá de mis sueños y es allí donde quiero navegar, surcando las nubes de tu pelo y empujado por los vientos de tu voz.
Ahora que parece que he vuelto a recobrar la cordura, ahora que soy más persona que cuando no te conocía, ahora que ni siento ni padezco, que el tiempo hace tiempo que se alejó de mí, abandonándome a mi suerte; ahora es el momento de coger papel y lápiz y contar lo que ha pasado.
Mi cabeza y mi corazón son dos locos que bagabundean por las calles de tu cuerpo, y no parece existir horizonte en este mar.
Un desierto de penurias hay bajo mis pies cuando miro hacia abajo, tan lejano que parece de otro mundo, tan extraño que parece que jamás existió, pero como cada primavera trae nuevas flores, cada amanecer con el canto de un pájaro abre las ventanas de mi pecho y entra corriendo entre risas e inocencia, como una niña ilusionada que trae alegría a toda la casa con el sonido de su risa.
Mi corazón es joven, pero está curado ya, no quiero barreras ni fronteras, ahora sólo quiero saltar y llorar de alegría, ahora sólo quiero vivir...

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