domingo, 24 de octubre de 2010

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Venga coño, ¿quién dijo que esto no era una maratón? si no es ahora dime cuándo pues. Sabes que este es uno de esos momentos de infrabrillantez, ¿te apetece una calada de inmoralidad? Of course.
¿Te acuerdas de los viejos tiempos, cuando las divagaciones eran casi constantes y los viajes por tus mundos te abrian puertas que ni siquiera sabías que existían? entonces no había más que tener ganas y ya está, la lírica surgía sin esfuerzo, ahora es ese esfuerzo lo que te toca las pelotas eh señor Fink jeje...
Esta puede ser tu oportunidad, la redención está cerca si quieres que lo esté; no habrá redención posible si te obcecas en que no tienes ideas, en que no puedes escribir... ¿Y cómo llamas a esto? tal vez sea una de esas nubes pasajeras que ni siquiera se dignan a anegarte el piso, las muy cabronas sólo te mojan el pelo y te dejan la sudadera húmeda, sin llegar a calar del todo, es entonces cuando te preguntas que habrá sido de ese chaparrón de ideas, esos chuvascos luminosos... Joder ahora me doy cuenta de lo poco que dedico a pensar en mi infancia, a recordar aquellos tiempos en los que cuando era realmente feliz era cuando jugaba a rescatar princesas en una fortaleza de almendros y cipreses, cuando era un pirata y mi espada era una caña y el mar un campo embarrado, cuando mi casa estaba en un árbol y mis rodillas eran postillas; joder qué tiempo hace. Recuerdo que me encantaba ver cómo salía la luna llega desde detrás del monte y cómo se ponía el sol por San Fernando, me encantaba salir de noche y escuchar la música del campo, y acostarme después tapado con una manta de cuadros que picaba, pero coño, qué agusto se estaba...

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