¿Para qué debe servir la sociología?

Vivimos en una sociedad muy plural y muy consumista, en la que las tendencias y las corrientes desaparecen tan rápido como aparecen. Los medios de comunicación controlan en cierta medida nuestras vidas diciéndonos qué comer, qué ponernos, qué conducir, a quién adorar o a quién votar.
El sociólogo se dedica al estudio del conjunto de la sociedad y todo lo que ello conlleva, es decir, tendencias de moda y la mentalidad que hay detrás, ¿por qué nos comportamos de un modo tan borreguil y natural?; corrientes políticas e ideológicas, ¿por qué aceptamos la verdad que nos venden con promesas que nunca verán la luz?; o simplemente a quién amar, nos conformamos con los modelos estéticos y antinaturales que nos venden las grandes empresas a las que enriquecemos destruyéndonos.
Es preciso que exista una ciencia que estudie qué mecanismos hay detrás de todos estos comportamientos y en última instancia atisbe alguna alternativa al pensamiento colectivo sin razón o mismamente al individualismo insolidario. Si podemos llegar a comprender estos mecanismos, su funcionamiento, y logramos comprenderlo tan bien, hasta el nivel de predicciones prácticamente exactas, tal vez podamos cambiar la sociedad para mejor.
La sociología en sí es el medio a través del cuál comprenderemos al hombre, su forma de razonar y actuar en distintas situaciones, podremos llegar a tener una visión más amplia de las colectividades humanas y los mecanismos de los cuáles hacen uso para no detener su ciclo evolutivo, eliminando los lastres y potenciando aquello que las aventaje socialmente. Ejercer de profesor para educar a los niños en una corriente u otra con los conocimientos del sociólogo puede ser una buena salida porque estaremos enseñando a los niños a esquivar errores que de otra manera interiorizarían, es decir, los verían como naturales de la propia sociedad.
Pero esto puede ser un arma de doble filo porque el sociólogo conoce al hombre, su manera de pensar y actuar, sus debilidades, es decir que lo mismo que un sociólogo puede dedicarse a impartir clases otro puede dedicarse al marketing porque sabe cómo llegar a la gente y conoce cómo reaccionará el público ante distintos estímulos, garantizando así cierto margen de seguridad de venta del producto que sea, contribuyendo asimismo a perpetuar esta sociedad de consumo.
La política es el otro gran campo laboral del sociólogo, ¿quién mejor que alguien que conoce los mecanismos de la persuasión para situarse al lado de quien posee la persuasión? Quiero decir que si un político tiene carisma pero no es capaz de calar en la gente por méritos propios de convicción, si se asesora adecuadamente puede llegar a arrastrar a las masas a su terreno.
En una sociedad como la nuestra en la que no paran de surgir problemas es necesario darles solución, por eso pienso que el pragmatismo debe ser la cualidad prima de las carreras universitarias, sobre todo de una como sociología que al fin y al cabo se encarga del estudio del hombre y sus mecanismos relacionales dentro de un grupo y de hallar errores y respuestas para mejorar la calidad de vida del conjunto o de una minoría, sea como fuere, tiene salidas.
Las ambiciones que muevan a cada uno de nosotros pueden ser totalmente opuestas o con fines no demasiado altruistas, pero la principal razón por la que la gente estudia una carrera es por el futuro puesto de trabajo, dado que las carreras más solicitadas son las técnicas o de ciencias no empíricas, pero no por ello las ciencias empíricas como la filosofía, la sociología y en menor medida, la psicología, son menos importantes a la hora de su aplicación práctica en la vida diaria, de hecho son muy importantes porque nos ayudan a conocernos mejor a nosotros mismos y al prójimo, nos ayudan a entender nuestra mente individual así como nuestra mente colectiva y a fin de cuentas, ¿qué hay más importante que las relaciones interpersonales en una sociedad en la que hasta el más apartado de los misántropos es partícipe de la vida política del sistema? Quiero decir que el hombre es un animal gregario, pero posee el raciocinio, herramienta que le sirve para no comportarse gregariamente en el sentido estricto y animal de la palabra, sino para crear unos vínculos superiores y unos patrones reglados por el consenso de la totalidad de los que componemos dicho sistema.
Para acabar de reafirmar mi opinión de la necesidad del uso práctico de la sociología y no puramente instructivo, una cita:

"... Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero lo que se trata des de transformarlo..." (Marx, 1845. Tesis sobre Feuerbach)

Esto era para un trabajo de la facultad en el que tenía que defender la postura de que la carrera de sociología sólo debería servir para formar profesionales demandados por el mercado de trabajo, en realidad no estoy del todo de acuerdo con el uso exclusivo de las ciencias, da igual su índole, para la vida laboral, me parece que las ciencias así como su estudio son arte, y el arte se disfruta, se saborea, es decir, puede hacerse por amor a él mismo. Eso si es algo admirable.